Enfrentar una fría realidad
Pasar la noche en un carro nos revela detalles acerca del problema que representa quedarse sin techo
Samantha no sabía qué hacer. Su familia se había mudado recientemente a una nueva ciudad debido al trabajo de su esposo. Ella era ama de casa, madre de tres hijos.
Poco después de su llegada, su esposo murió inesperadamente. La pareja no tenía seguro de vida y tenía muy pocos ahorros. Samantha comenzó a buscar trabajo, pero la pandemia había cerrado las puertas a muchas de sus opciones.
Desesperada por poder hacerse cargo de su familia, Samantha se endeudó cada vez más. Habiendo alcanzado el límite de sus tarjetas de crédito y agotado sus ahorros, ella y sus dos hijos fueron desalojados de su vivienda. Sin el apoyo de familiares y amigos, Samantha se enfrentó a una realidad que era inimaginable hace unos pocos meses. Ella y sus tres hijos se quedaron sin techo.

Historias como la de Samantha se compartieron con los participantes del evento anual conocido como Night in a Car, un programa de extensión comunitaria en Bloomington, Ill, en el que los voluntarios durmieron en sus carros para recaudar dinero a beneficio de un albergue local para personas sin techo. El evento fue diseñado además para disipar algunos de los muchos conceptos erróneos que existen sobre los riesgos de quedarse sin techo en los Estados Unidos.
Los participantes se reúnen en un estacionamiento en pleno invierno y pasan la noche en sus carros para conocer, por experiencia propia, las condiciones inhumanas y a menudo crueles que enfrentan muchos estadounidenses.
"Esto jamás me pasaría a mí".
“Esto es lo que piensa mucha gente sobre los riesgos de quedarse sin techo”, señaló Kimberly Kernosky, empleada de State Farm®, quien ha participado tres veces en Night in the Car. "No tienen idea de lo equivocados que están".
Un impactante 63% de todos los estadounidenses viven al día. Seis de cada 10 de personas están a solo un suceso inesperado de verse en un desastre financiero. Y si hay algo que hemos aprendido lidiando con la pandemia, es que lo "inesperado" se convierte en norma.
“La verdad es que nunca se sabe lo que va a pasar. Nadie planea quedarse sin techo, y nadie debería pensar que es inmune, porque no lo es”, señaló Kimberly.
Este año, Kim Brockman y Rachael Lund, otras dos empleadas de State Farm, se unieron a Kimberly para pasar una noche en el carro. Al igual que Kimberly, Kim y Rachael también encontraron que sus ideas sobre los riesgos de quedarse sin techo no eran del todo correctas.
"Quedarse sin techo es un problema solo en las grandes ciudades"

Nada más lejos de la verdad. Un 54% de todas las personas sin techo viven en localidades pequeñas, descripción que ciertamente se aplica a Bloomington, una comunidad más pequeña con unos 75,000 habitantes, ubicada en el centro de Illinois. Aquí es donde Kim, Kimberly y Rachael se apiñaron en su carro mientras las temperaturas descendían por debajo de cero.
“Nos quedamos pensando en cómo ahora mismo hay gente en nuestra localidad que tiene que hacer lo que nosotros hicimos. Solo que para ellos, no era cuestión de una noche. Tal vez ni siquiera tenían un carro para refugiarse”, señaló Kim.
Según estudios recientes, un 37% de todas las personas sin techo viven al aire libre o en condiciones que se consideran inadecuadas para el asentamiento humano.
“En este momento, hay familias en nuestra comunidad que duermen en sus carros”, señaló Kim. “Para nosotros, se trata de una noche. Para ellos, se trata de toda una vida”.
La comprensión conduce a la compasión
“Yo conocía teóricamente los riesgos de quedarse sin techo, pero cuando literalmente te pones en las circunstancias de otras personas y sientes lo que ellos sienten, desarrollas verdadera empatía”, señaló Rachael.
“Este fue el primer año en que participé y es una experiencia que jamás olvidaré. No solo me permite valorar las comodidades de mi propia vida, sino que me motiva además a hacer donaciones a organizaciones que proveen servicios para personas sin techo”.
"Sé que esto es completamente diferente", señaló Kim. "Sé que en un par de horas, todo esto terminará y podré irme a casa, pero incluso al echar un pequeño vistazo a este mundo, me siento motivado a hacer aún más para ayudar".
En State Farm, creemos que hacer el bien es contagioso y que hay Buenos Vecinos en todas partes, aunque a veces sean difíciles de ver. Personas que todos los días, hacen del mundo un lugar mejor, con un acto de bondad a la vez.
Por eso comenzamos 100 for Good™.
Retribuir, hacer el bien y estar ahí cuando más se necesite son parte de nuestra cultura de State Farm. Es lo que somos, y también es lo que eres. 100 for Good nos une a todos para poder ver todos los increíbles actos de bondad que nuestros compañeros, Buenos Vecinos, están haciendo por todo el país.
Grande o pequeño, cada acto de bondad marca la diferencia. Puede ser donando ropa usada, pagando el café de un desconocido o participando en actos mayores como Kim, Kimberly y Rachael.
Juntos podemos hacer mucho bien e inspirar a otros a unirse al movimiento para hacer de este mundo un lugar mejor, un acto de bondad a la vez.