Investigadora de incendios supera su miedo a los perros y se convierte en la primera latina adiestradora de perros para la investigación de incendios provocados

Cuando la familia de Margarita "Maggie" Greene emigró de México a los Estados Unidos, tenía la esperanza de criar a sus hijos en una comunidad segura, donde sus hijos tuvieran la oportunidad de prosperar. Como en el caso de tantos inmigrantes a este país, su familia arriesgó muchísimo pero tenía grandes ilusiones y sueños para el futuro. 

Para Maggie, esos sueños e ilusiones casi se hicieron añicos en un instante.

A la edad de ocho años, Maggie sufrió una lesión grave después de ser atacada por un perro ya retirado de la policía. "Mis padres me llevaron a una clínica médica de la comunidad local, pero como ellos solo hablaban español y los médicos solo hablaban inglés, yo tuve que traducir para ellos", nos cuenta Maggie. "Todo el incidente fue como un mal sueño e incluso, hasta el día de hoy, solo recuerdo partes de lo ocurrido".

Cuando los médicos dijeron que tal vez no tendrían otra opción que amputar la pierna, la madre de Maggie insistió en una segunda opinión en un hospital diferente. Afortunadamente, los médicos pudieron salvar su pierna. Si bien las cicatrices físicas se curaron hace mucho tiempo, sus cicatrices emocionales y el miedo a los perros duraron cuatro décadas.

Después del ataque, Maggie estaba constantemente en guardia para advertir señales de la presencia de perros, incluso si no eran visibles. Estaba alerta al sonido de las placas de perro en un collar, los ladridos detrás de una cerca o cualquier señal de que un perro estuviera cerca, para poder evitarlo. Poco sabía que este estado exacerbado de alerta y su capacidad de observación serían claves para su carrera.

Maggie empezó su carrera en el servicio de bomberos en el 2004, como especialista en la prevención de incendios con el Departamento de Bomberos de la ciudad de Escondido, antes de unirse al Departamento de Bomberos de Chula Vista (CVFD) como investigadora de incendios en el 2012. Cuando se unió al CVFD, su oficina estaba, literalmente, a unos pasos de lo que más temía: un perro. Solo dos años antes, el investigador de incendios Darin Golden había entrenado y certificado a su compañero K9 Cali, por medio del Programa de Perros para la Investigación de Incendios Provocados de State Farm. K9 Cali era un perro dedicado a la detección de acelerantes, lo que comúnmente se conoce como perro para la investigación de incendios provocados, y su trabajo era encontrar evidencia de gasolina o combustible en las escenas de incendios. K9 Cali vivía y trabajaba con el investigador Golden todos los días, incluso se quedaba en su oficina cuando no estaban investigando un incendio. Una oficina que estaba a solo unos pasos de Maggie.

Aunque estaba asustada, Maggie guardaba respeto por K9 Cali ya que era un miembro del departamento de bomberos. Con el pasar de los años, el dulce carácter de K9 Cali y la paciencia de Darin, la ayudaron a sentirse más cómoda teniendo perros cerca de ella. También se dio cuenta de la importancia del trabajo que realizaban Darin y K9 Cali en las investigaciones de incendios y, pensando en eso, se hizo consciente de que se unió al servicio de bomberos para ayudar a los demás y mejorar su comunidad. Trabajar con un perro entrenado para el cumplimiento de la ley le permitiría lograrlo de forma más efectiva. Por eso, cuando llegó la hora del retiro de K9 Cali después de 12 años de servicio, Maggie decidió hacer lo que muchos de los suyos pensaban que era imposible.

Maggie Greene solicitó recibir entrenamiento como adiestradora de perros para la investigación de incendios provocados, como reemplazo del equipo conformado por Darin y K9 Cali. Y por segunda vez, un perro cambiaría el curso de su vida.

Su familia quería apoyarla, pero tenían muchas preguntas. ¿Sería capaz de vivir y trabajar todos los días con un perro, a pesar de sus miedos? Maggie era alérgica a la piel de los perros. Entonces, ¿cómo impactaría eso su vida laboral y personal?  Entrenar y trabajar con un perro todos y cada uno de los días es un compromiso gigantesco para una mamá ocupada. ¿Podría ella lidiar con todo? Aun así, ella persistió. Estaba dispuesta a hacer sacrificios para alcanzar su meta, tal como lo hicieron sus padres después de que emigraron de México. Su familia lo entendió y le dijeron "haremos lo que tú quieras para ayudarte". Para esto es la familia y, en palabras de Maggie, "no lo hago yo sola".

En abril del 2022, Maggie enfrentó sus miedos y sobrepasó los obstáculos emocionales que tuvo por más de 40 años al entrenar y convertirse en la primera adiestradora latina del Programa de Perros para la Investigación de Incendios Provocados de State Farm. Junto a K9 Hannah, su nueva compañera, Maggie investiga crímenes de incendios provocados en su comunidad. Aunque no se ve a sí misma como un modelo a seguir, cuando mira todo lo que ha superado en su camino, espera que su historia sirva de inspiración, "por lo menos para una persona".  En sus propias palabras, "soy un alma bendecida".