Día Nacional de Perros sin Raza Pura - 2 de diciembre

Ser dueño de una mascota es un privilegio. Ser dueños responsables de mascotas no sólo reduce el número de animales que se encuentran en refugios y rescates, sino que crea además una base sólida para la prevención de mordeduras de perros. Dadas las circunstancias precisas, cualquier perro puede morder, sin importar la raza. Es por eso que State Farm no le pregunta cuál raza de perro tiene cuando suscribe el seguro de propietarios de vivienda o de inquilinos.

Se estima que existen 3.9 millones de perros que terminan cada año en refugios de los Estados Unidos. Sólo 1.4 millones de ellos son adoptados. Para ayudar a apoyar los millones de perros (y gatos) que esperan por su hogar permanente, los State Farm Good Neighbor Crews está uniendo esfuerzos humanos y caninos en reconocimiento del Día Nacional de Perros sin Raza Pura. En el 2 de diciembre, estarán donando alimentos, suministros y prestando servicios de voluntariado en diecinueve refugios de animales de todo el país. Todos los perros merecen la oportunidad de tener una vida saludable y llena de amor.

Rochester, MN,
29
Noviembre
2016
|
12:25
America/Chicago

La noble travesía de dos Pit Bulls y un K9 Ninja

Wallace el Pit Bull

Es una historia que comienza como muchas otras. Los perros callejeros terminan en un refugio de animales. Lamentablemente, debido a su raza (pit bulls o perros tipo pit bull) y alto nivel de energía, los perros nunca logran encontrar un hogar permanente. Demasiados terminan sacrificados.

En el 2005, Wallace era un pit bull callejero que vivía en un refugio de Rochester, MN. La mayor parte del día, se la pasaba en una perrera. Sin tener manera de quemar su energía, se ponía nervioso. Junto a la falta de adiestramiento en cuanto a la obediencia, sus probabilidades de que lo adoptaran eran mínimas. Sus días estaban contados.

Andrew “Roo” Yori era voluntario de ese mismo refugio y pudo ver que había algo especial en Wallace. Roo y su esposa, Clara, ya tenían dos perros en casa, pero sabían que Wallace –al igual que muchos animales de refugios– sólo necesitaba a alguien que creyera en él.

Por lo que Roo y Clara lo adoptaron. Desde ese entonces, la historia de Wallace el pit bull cambió de rumbo, en una dirección diferente.

Una vez que se lo llevó a su casa, Roo supo que Wallace necesitaba desahogar su gran tendencia impulsiva. Él observó que a Wallace le gustaba jugar con un disco volador (Frisbie), por lo que decidió inscribir el perro en competencias de agilidad.

En el 2006, el pit bull Wallace se convirtió en Campeón Mundial de la Asociación Nacional de Agilidad Canina en discos voladores. No fue fácil. Siendo con frecuencia el único pit bull en la competencia, tuvo que superar lesiones y prejuicios en cuanto a su raza para convertirse en campeón mundial. Con Roo y un creciente número de simpatizantes que lo animaban, Wallace ayudó a cambiar la manera en que piensa la gente de los pit bulls.

Héctor el Pit Bull

En abril de 2007, 51 pit bulls fueron rescatados de Bad Newz Kenners en la vivienda de un jugador profesional de fútbol americano en Virginia. Se enteraron de que la perrera realizaba peleas ilegales de perros.

Uno de los perros rescatados era un pit bull marrón con cicatrices visibles en el cuerpo. Su nombre era Héctor.

El grupo de defensores de pit bulls BAD RAP colocó a Héctor con una familia de acogida temporal. Roo y Clara oyeron hablar de él y decidieron probar suerte una vez más. Adoptaron un perro que muchos no habrían considerado jamás.

Su amor y apoyo les recordaría a los demás que no se dejaran llevar por las apariencias de nadie –ni siquiera las de un perro. Justo un año después de adoptarlo, Héctor, el pit bull maltratado se convirtió en un perro de terapia certificado. Él pasó a hacer sonreír a personas que se encuentran en hospitales y casas de cuidado de ancianos. A él le encantaban los niños y con frecuencia visitaba las escuelas donde él y Roo les enseñaban a los niños cómo interactuar con un perro. Quizás su mayor logro sea su capacidad de perdonar.

Los humanos maltrataron, abusaron y forzaron a Héctor a pelear durante los primeros tres años de su vida. En vez de quedarse ahí, Héctor aceptó y acogió el amor que le demostraron sus rescatistas y nueva familia. Los Yori sabían que Héctor tenía mucho que dar. Al igual que Wallace, sólo necesitaba a alguien que creyera en él.

Un legado de amor

Con el correr de los años, Wallace y Roo continuaron participando en competencias de disco volador. Hasta escribieron un best seller sobre ellos. Fue durante la gira del libro que le diagnosticaron cáncer a Wallace. En agosto de 2013, pasó a mejor vida cruzando el Puente sobre el arcoíris. Apenas un año después, en octubre de 2014, Héctor se le sumó tras haber luchado su propia batalla contra el cáncer.

Para promover la adopción de mascotas y ser dueños responsables, Roo y Clara dieron inicio a la Wallace the Pit Bull Foundation. Posteriormente, crearon el Hector Fund. Ambos esfuerzos ayudan a que otros perros tengan la oportunidad que se merecen.

Roo Yori, el K9 Ninja

Tras haber perdido a Wallace y Héctor, Roo sigue determinado a compartir el mensaje de generosidad para con los animales.

En abril de 2016, él fue una de las 600 personas seleccionadas para competir en Indianapolis en el programa de televisión, American Ninja Warrior. Al igual que Wallace y Héctor, Roo tuvo algunos obstáculos, físicos y literales, frente a sí. A los 39 años de edad, Roo era uno de los competidores de edad más avanzada en la extenuante competencia atlética. Con una camiseta que decía “Adopta un perro”, compitió como el K9 Ninja. Él fue uno de los competidores finalistas en la etapa inicial de la competencia. Su nuevo compañero canino, Angus, estuvo siempre allí con Clara para animarlo.

El haber obtenido él 15to lugar en Indianapolis aseguró su lugar en la competencia nacional de Las Vegas. Fue ahí que cayó, víctima del obstáculo Salto de la Araña, y lo eliminaron. Aunque no logró llegar a las finales de 2016, tiene planes de solicitar nuevamente una audiencia para el programa. Él todavía tiene una misión: decirle al mundo que los perros de refugios no son defectuosos ni malos. "Sólo necesitan a alguien que los respalde para triunfar.