Bloomington, IL,
03
Febrero
2022
|
12:31
America/Chicago

Una tragedia se transforma en amor

Una mujer transforma su dolor personal en una increíble expresión de amor

"En Arizona, no hay mucha demanda de suéteres y cobijas, pero sé que esta pieza le va a encantar a alguien", comentó Marcy Gushee. Acababa de terminar una cobijita para bebé, una de las tantas piezas que por años ha tejido a ganchillo además de suetercitos, gorritos y prenditas de vestir.

Marcy es empleada de State Farm® en Arizona. Tiene una familia grande. Entre ella y su esposo tienen seis hijos, cuyas edades oscilan entre los 10 y 19 años, pero la ropita de bebé que teje no es para sus hijos. Es para bebés que Marcy jamás conocerá. Específicamente, para el único bebé que jamás pudo conocer.

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Una alegría inmensa, una tristeza profunda 

Hace casi 20 años, Marcy estaba embarazada por primera vez y se sentía definitivamente entusiasmada. "Siempre quise ser madre, así que quedar embarazada fue lo más emocionante que me podría imaginar". Marcy comenzó a hacer ropa y mantas para su nuevo bebé con anticipación. Siempre me ha gustado tejer a ganchillo”, mencionó Marcy. "Y tejer cosas para mi nuevo bebé fue como un sueño hecho realidad".

Desafortunadamente para Marcy, su alegría pronto se convirtió en tragedia cuando sufrió de un aborto espontáneo.

“Estaba destrozada”, recordó Marcy. "Que te quiten lo que más ansiabas en la vida es lo peor que te puedas imaginar".

Tristemente, la dolorosa experiencia de Marcy es demasiado común; los estimados muestran que alrededor del 10 al 20 por ciento de los embarazos que se conocen terminan en aborto espontáneo. Como muchas mujeres que sufren de abortos espontáneos, Marcy estaba desolada.

“Fue terriblemente triste”, expresó. "Siempre he pensado que la mejor manera de superar una situación triste es haciendo algo bueno por otra persona". Marcy tomó una decisión al ver los pequeños sombreros, suéteres y mantas que había tejido para su bebé. No para sucumbir ante su pena, sino para ayudar a los demás.

Transformando dolor en amor

Marcy tomó toda la ropita que había tejido para su bebé y la donó a Newborns in Need, una organización nacional que suple a las madres artículos para recién nacidos. "Había hecho la ropita con amor y, como no la iba a usar, quise donarla a alguien que la necesitara".

Poco a poco, Marcy comenzó a superar el dolor de su pérdida. Siguió tejiendo, donando artículos y, aproximadamente a un año de la pérdida de su bebé, Marcy dio a luz a su primera hija. "Para mí, ella fue y sigue siendo una bendición", señaló Marcy.

Después de eso, Marcy tuvo tres hijos más y cuando se casó con su actual esposo se convirtió también en madrastra de otros dos hijos. A pesar de todo, Marcy nunca ha dejado de tejer. Además de Newborns in Need, ella dona sus creaciones hechas a mano a organizaciones como Arizona Needy Newborns y Project Linus.

"Hay tantas organizaciones que necesitan artículos de este tipo", indicó Marcy. "Y esto tanto a mí como a ellos nos ha ayudado, por lo que no pararé jamás".

"Creo que haber pasado por semejante pérdida me hizo valorar más lo que tengo", señaló Marcy.

"Si con esto puedo ayudar a alguien que esté pasando por lo que yo pasé, seguiré haciéndolo".

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Resumen

"En Arizona, no hay mucha demanda de suéteres y cobijas, pero sé que esta pieza le va a encantar a alguien", comentó Marcy Gushee. Acababa de terminar una cobijita para bebé, una de las tantas piezas que por años ha tejido a ganchillo además de suetercitos, gorritos y prenditas de vestir.

Marcy es empleada de State Farm® en Arizona. Tiene una familia grande. Entre ella y su esposo tienen seis hijos, cuyas edades oscilan entre los 10 y 19 años, pero la ropita de bebé que teje no es para sus hijos. Es para bebés que Marcy jamás conocerá. Específicamente, para el único bebé que jamás pudo conocer.