Una toma de postura
Family injured in drunk driving crash helps change Virginia law.
Un choque en una carretera rural en Virginia pudo haber sido el final de la vida tal y como la conocían.
En cambio, fue el comienzo de una campaña para proteger a las víctimas de choques ocasionados por conductores ebrios.
En noviembre del 2017, Amanda Petrylak, una empleada de State Farm® en el Centro de Operaciones en Charlottesville, VA., iba en camino a casa con su hija de 8 años de edad, Claire.
Yendo por el camino que lleva a la subdivisión en que viven, ella vio cómo la camioneta en frente de ella viró bruscamente hacia la derecha.
Antes de que pudiera reaccionar, un carro que venía hacia ella en dirección contraria en el carril equivocado se estrelló contra su carro de frente.
Amanda sufrió múltiples lesiones y Claire tuvo que usar una órtesis para la cabeza y el cuello por diez semanas que restringía sus movimientos.
Irónicamente, la decisión de no insertar una varilla y fusionar las roturas en el cuello de su hija cambió el cargo —de un delito grave a un delito menor— contra el conductor en estado de ebriedad que las chocó.
"Nos dimos cuenta de que la manera en que fue escrita la ley no se ha mantenido al tanto de los avances médicos", explica Amanda. "En Virginia, para que un accidente por Manejar Bajo la Influencia del Alcohol (DUI, por sus siglas en inglés) sea considerado un delito grave, la víctima debe sufrir daños permanentes".
En el presente, Amanda y Claire se han sanado físicamente.
"Claire ya está haciendo las cosas que le encantaba hacer antes", comenta su mamá. "Pero a veces cosas que le hacen recordar el choque provocan sus emociones".
Amanda y su esposo, John, han batallado también. Trabajando con su delegado local, asistieron horas tras horas de audiencias, solicitando que la ley sea cambiada para que la víctima de un choque causado por un conductor ebrio no tenga que sufrir daños permanentes para que el cargo sea uno de delito grave.
Ellos testificaron ante el Subcomité de los Tribunales de Justicia de la Cámara de Delegados, el Comité Completo de los Tribunales de Justicia del Senado y el Comité de Finanzas del Senado.
Sus esfuerzos dieron fruto. El 23 de febrero, la Asamblea General de Virginia aprobó HB1941, la cual clasifica como delito grave manejar en estado de ebriedad y lastimar gravemente a una persona inocente.
"Aún no lo podemos creer, pero estamos muy felices de que esto ahora sea realidad", comenta Amanda. "Nuestra meta era evitar que otras víctimas pasaran por lo que nosotros vivimos. Estamos tan agradecidos a la Asamblea General por escucharnos y ayudarnos a proteger a otras víctimas de conductores ebrios".